Cuento a partir del poema: "Alba y su doble historia con el amor"
Una
niña llamada Alba, también conocida como “la Enanita”. Tenía unos 12 años,
aunque siendo una nena menor de edad, tenía una inteligencia superior y gran
madurez. Vivía en un pueblo lejano de la ciudad en donde la mayoría de los
vecinos se conocen entre sí. Uno de sus pasatiempos favoritos, era ir a la Hacienda
de su tío Juan para recorrer, conocer y poder saber más sobre arbustos y las vacas,
por lo que tenía una debilidad y pasión.
Es
allí, en la Hacienda de su tío, recorriendo y preguntando a los encargados de
cuidar a los arbustos y animales del campo
es donde se encuentra con Simón, el hijo de uno de los empleados que había
ido a acompañar a su padre al trabajo. Se miraron, y en ese instante sintieron
una atracción ambos que no pudieron disimular. Comenzaron a hablar mientras
caminaban por la Hacienda, preguntándose uno por el otro. Al interrogarse,
dijeron sus nombres, donde vivían, la edad y por un lado Alba tenía 12 años
siendo una niña aunque muy astuta mientras que Simón 18 años recién cumplidos.
Sin importarles la diferencia de edad a ambos, comenzaron a salir, a enamorarse
cada día más. Era el primer amor de la Enanita por lo que se sentía maravillosa
y muy enamorada.
Simón,
comenzó a trabajar en la Hacienda de Juan junto su padre por lo que verse iba a
ser cada vez más fácil ya que Alba iba muy seguido ahí. Era una Hacienda a la
que iban de visita mucha gente, personas del vecindario y de otros lugares más
lejanos también. Una de las tantas tardes, que ella iba de visita, ahora más
por su amado que por su pasión por los arbustos y vacas, al llegar ve a Simón
hablando muy coqueteadamente con otra
chica, al verlo la incomodó esa situación pero pensó que seguramente era por su
trabajo entonces siguió recorriendo. Luego, se juntaron a beber y comer algo
juntos como solían hacerlo y en un momento Alba le dice:
-Hoy
te vi hablando con una chica morocha cuando llegue ¿La conoces de algún lado? Parecían
hablar con mucha confianza.
-No,
amor. Es una de las chicas que vienen a la Hacienda a conocer y estaba
contestando a sus preguntas.- contestó
de modo incomodo Simón.
Quedando
medio tenso el ambiente se despidieron y quedaron en verse otro día de la próxima
semana. A la mañana siguiente, Alba va de sorpresa a la Hacienda y lo encuentra
charlando muy de cerca también con otra muchacha. La Enanita empieza a
sospechar de esas actitudes, ya que había algo que le hacía presentir un mal
sentimiento. Entonces, al volver a su pueblo, compra una peluca de color
diferente a su pelo, ropa, zapatos y decide ir el día siguiente, vestida de una
manera distinta, haciéndose pasar por otra chica y así averiguar si lo que
hacia Simón era solamente ayudar a las muchachas a conocer la Hacienda. Toda
esa noche se la paso practicando otro
modo de voz, como utilizar los zapatos ya que era muy chica y todavía no había usado
zapatos.
Antes
de que llegue el mediodía, Alba sale hacia la Hacienda. Cuando llega va directo
a hablar con su amado. Hablando y preguntando sobre diferentes cosas de la
Hacienda, Simón empieza a seducirla y a preguntarle si quería salir con él. La supuesta
chica de la que estaba disfrazada Alba, le pregunta antes de darle una contestación
si el tenia novia, a lo que Simón responde que no y que por eso le encetaría
conocerla y salir con ella. En ese momento se le cayó el mundo abajo a la
Enanita, no pudo contener la bronca y dolor, y rompió en llanto. Se saco la
peluca y le mostró que era ella, con mucha angustia le dijo que se terminaba lo
de ellos, no lo quería volver a ver. Por más que ella sea menor de edad que él,
era muy capaz de darse cuenta de las cosas. Volvió a su casa muy triste, se encerró
en su habitación y no quiso volver a salir más de allí. Su madre preocupada por
su situación la intentó ayudar pero no encontraba como hacerla volver a ser la
niña feliz que era antes de conocer a Simón. Como última opción, tuvo que
enviarla a un lugar con ayuda psicológica para que pueda salir de esa angustia
que le estaba apagando el alma. Después de unos meses, pudo volver a su casa y
a vivir, como lo hacía antes de conocer a ese chico, felizmente pero esta vez sin enamorarse.
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